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Soberanía

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Clave para la revolución digital y el Big Data, los datos están ahora en el centro de todas las preocupaciones de los Estados y los líderes empresariales. En un momento en el que la transformación digital es una realidad, la eficiencia de la producción TI se está convirtiendo en un factor determinante en la competitividad de las empresas. Por tanto, el concepto de soberanía de los datos parece ser una necesidad.

¿Qué es la soberanía de los datos?

La soberanía de los datos se refiere al derecho a conservar datos y sirve como un término de ley general que cubre muchos aspectos del procesamiento de datos digitales, incluida la protección, el cifrado, la transmisión y el almacenamiento. . La soberanía de los datos también está estrechamente vinculada a la protección de los datos, la gobernanza de los datos y la computación en la nube.

La Ley de Soberanía de Datos establece regulaciones sobre el poder de los gobiernos y las empresas para gestionar los datos digitales de los usuarios y otras empresas. Por lo tanto, la soberanía de los datos aborda específicamente las cuestiones de quién posee y proporciona los datos, cómo se pueden almacenar, utilizar y proteger, y qué podría pasar si esto sucediera. . Entonces, la soberanía de los datos simplemente significa que los datos digitales están sujetos a las leyes del país donde se encuentran y se rigen por el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).

¿Qué importancia tiene la soberanía de los datos para los estados y las empresas?

Para garantizar la seguridad de los datos en la era de la revolución digital, los actores del sector público y de la economía se ven obligados a respetar dos reglas, a saber:

  • La infraestructura TI utilizada debe ser siempre segura, flexible y moderna.

  • Se debe poder certificar la soberanía de los datos personales de clientes, usuarios y empresas vinculadas.

Por lo tanto, sólo las precauciones de seguridad y las disposiciones contractuales especiales permiten a los estados y empresas proteger secretos de estado, secretos comerciales y empaquetar datos personales de acuerdo con las directrices nacionales de protección de datos.

Los estados y las empresas siempre deben ser conscientes de cómo los proveedores de servicios externos administran los datos y los identificadores de uso y almacenamiento que poseen. Como también existen incertidumbres jurídicas sobre la soberanía de los datos, se trata de ordenar contractualmente qué sucede con los datos y cómo se almacenan, procesan y transfieren.

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